Brasil gira políticamente hacia el centro-derecha, tomando distancia de Lula y Bolsonaro
Publicado: 29 / 10 /2024En Brasil, las elecciones municipales recientes han capturado una atención sin precedentes, reflejando un cambio drástico en el tablero político donde tanto Lula como Bolsonaro salieron perdiendo. A pesar de sus esfuerzos, ambos líderes vieron cómo sus influencias disminuían en las principales capitales, mientras el centro-derecha ganaba terreno.
El bolsonarismo sumó más derrotas que victorias, perdiendo en siete de las nueve capitales más importantes, mientras que el bastión del nordeste, históricamente leal a Lula, también flaqueó. Solo dos capitales al norte y nordeste le dieron alegrías al Partido de los Trabajadores (PT).
Ganadores como los de São Paulo mostraron que la clave fue distanciarse de los extremos. Un centro-derecha, que va tomando fuerza, demostró que apartarse de políticas radicales puede ser una opción atractiva para muchos.
El diario O Globo subrayó que el resultado de las urnas fue una clara señal de que Brasil quiere abandonar la polarización y concentrarse en soluciones concretas y palpables frente a los problemas cotidianos.
Es evidente que Bolsonaro ya no es el favorito de la extrema derecha. Su partido, el PL, solo logró conquistar victorias menores, mientras que el candidato de Lula en São Paulo fracasó rotundamente.
La derecha tradicional y los candidatos más centristas, que se distanciaron de figuras como Bolsonaro y Lula, obtuvieron respaldo significativo, preparando el camino para las próximas elecciones presidenciales de 2026.
En líneas generales, los brasileños parecen estar buscando líderes más centrados y pragmáticos, alejados de promesas ideológicas vacías y del misticismo mesiánico que caracterizó anteriores elecciones.
Cabe destacar que, a diferencia de eventos pasados, en estas elecciones no hubo cuestionamientos a la credibilidad de los resultados, señal de una clara derrota del autoritarismo extremo que amenazaba con retrotraer al país a épocas dictatoriales.
Con Lula ineligible y Bolsonaro sin poder presentarse, el futuro político de Brasil parece inclinarse hacia un liderazgo que priorice lo tangible antes que la retórica grandilocuente.